Las puertas de madera para los muebles de la cocina pueden realizarse en muchos materiales y cada uno de ellos tiene unas características determinadas. Por eso, hay que tener claro qué es lo que se está buscando y también cuánto se quiere invertir para poder elegir las más adecuadas para el uso y necesidades que se le vaya a dar a la cocina.

Cocinas de madera maciza. Son muy bonitas ya que la belleza de la madera natural es inimitable. Son puertas muy clásicas, perfectas para las cocinas más retro o con aire rural. El punto flaco de estas cocinas está en la humedad, ya que se pueden hinchar con facilidad además de que suelen perder el barniz. Hay que tratarlas cada cierto tiempo para que se vean impecables y evitar arañarlas.

-Cocinas lacadas. Realizadas en tablero MDF, son puertas que tienen una gran cantidad de acabados ya sea en brillo o en mate. Tienen una gran calidad y son muy modernas. El acabado es muy pulido y resultan muy fáciles de limpiar. Una de sus ventajas es que si se arañan son fáciles de reparar.

-Cocinas laminadas de alta presión. Su precio es elevado pero los acabados son muy bonitos y de muy alta calidad. Las cocinas con puertas estratificadas pueden ser brillo o mate pero solo aceptan acabados lisos.

-Cocinas laminadas de baja presión. Son las conocidas como melaninas. Su principal ventaja es que son muy económicas y que además se limpian con mucha facilidad. Pero son cocinas delicadas que se pueden estropear fácilmente, especialmente si les entra agua. Es importante que sean hidrófugas.

Un buen fabricante es clave

Independientemente del material que se elija es clave elegir también a un buen fabricante. No todos los lacados son iguales y tampoco todas las melaninas. Hasta el punto que un fabricante de buena calidad puede ofrecer productos que a priori son más económicos pero que ofrecen mejores acabados que otros más caros de la competencia.

Se debe de tener en cuenta el uso que se vaya a dar a una cocina. En una vivienda en la que se cocina cada día y se utilizan los muebles a diario es mejor invertir un poco más para conseguir mayor calidad y durabilidad, mientras que si es una vivienda en la que vive una sola persona que cocina de manera ocasional, no necesitará invertir tanto.