El césped artificial es una excelente opción para el jardín de cualquier casa. Sus dos ventajas más importantes son el escaso consumo de agua y su sencillo mantenimiento. La limpieza de la hierba sintética es muy sencilla. En principio, todo va a depender de qué se quiera limpiar y del estado general del césped. Veamos ahora cómo se cuida el césped artificial y conócelo más a fondo.

  • Hojas secas: Las hojas secas son una de las pesadillas de cualquier persona que tenga un jardín. Pero en el caso de los que tengan uno con hierba artificial la cosa es más sencilla porque no tendrá que preocuparse de que las hojas puedan pudrir y estropear el campo. Se recogen con un rastrillo especialmente diseñado para no dañar el césped artificial.

Si no se vive en la casa y las hojas no se recogen en mucho tiempo llegando a pudrir, los restos se pueden limpiar con una manguera sin problema

  • Nieve: Durante el invierno, en algunas zonas son frecuentes las nevadas. La hierba natural suele quemarse con el hielo y la nieve pero el césped artificial no sufre ningún tipo de problemas. Si no se vive en la casa durante el invierno no es necesario retirar la nieve, cuando se funda se filtrará y desaparecerá.

Si se vive en la casa y se quiere limpiar el jardín puede hacerse con una pala pero debe de manipularse con cuidado para que no se pique la base del césped ni se rompa la hierba.

  • Suciedad de las mascotas: Mucha gente se pregunta si sus perros pueden salir al jardín y si hay algún problema si hacen sus necesidades en la hierba. No hay problema ninguno y no se va a dañar la hierba. Solo hay que recoger los sólidos y limpiar con un poco de agua que puede contener un desinfectante si se quiere asegurar la limpieza.
  • Algunos papeles: Los papeles y los objetos de gran tamaño pueden recogerse con el rastrillo o a mano. No es necesario utilizar agua para limpiar este tipo de restos.
  • Polvo y contaminación: Para el polvo y la contaminación la limpieza se realiza con agua. Lo habitual es usar una manguera y regar suavemente el campo. A continuación puede pasarse un rastrillo o un cepillo para que la hierba quede bien colocada.

Existen máquinas especiales para la limpieza del césped artificial que pueden ser de gran aayuda en caso de campos muy grandes.

¿Malas hierbas?

Una de las cosas que más atraen del césped artificial es que su mantenimiento es muy sencillo. No obstante, hay que tener en cuenta que dependiendo del tipo de suelo y de otros factores pudiera ser que aparecieran malas hierbas. Es importante eliminarlas antes de que puedan ir a más y puedan dañar el sustrato del césped o incluso la malla.

Eliminarlas es sencillo, tan solo hay que usar un herbicida adecuado y echarlo en el lugar en el que están apareciendo las malas hierbas tal y como indiquen las instrucciones. Normalmente, esto es más que suficiente y no suelen volver a salir. En caso de que esto pasara varias veces se puede consultar en una tienda especializada qué hacer.

Pero, ¿cómo nos damos cuenta de que aparecen las malas hierbas antes de que sea tarde? Fácil, fijándonos en la hierba cuando se realizan las tareas de limpieza y de adecentamiento del césped. Al pasar el rastrillo hay que fijarse si comienza a asomar alguna hierba que no debería de estar ahí para hacerla desaparecer rápidamente.

Normalmente, antes de instalar el césped artificial se lleva a cabo un tratamiento del suelo para evitar que puedan aparecer estas hierbas. Pero ningún método es infalible al cien por cien y por eso no está de más fijarse de vez en cuando para comprobar que todo va bien.

El calor y el césped artificial

En los días de calor más intenso el suelo puede llegar a alcanzar temperaturas muy altas. El césped artificial está realizado en plástico y, aunque los compuestos actuales son muy eficientes y no se calientan como los antiguos, es lógico que pueda coger cierta temperatura.

Si se quiere disfrutar de la hierba sintética durante un día de mucho calor se recomienda que antes de salir al campo se moje usando una manguera. No es necesario utilizar tanta agua como si se regara un campo de hierba natural, pero sí que se puede mojar para que la temperatura descienda.

El calor no va a estropear la hierba artificial, ni va a acabar con su color como piensan algunos. Pero sí que puede hacer un poco desagradable caminar sobre la hierba descalzos o tumbarse en una toalla a disfrutar del sol. Algo que también ocurre con la arena de la playa, por ejemplo, y es totalmente natural.

Al regar el campo para que el calor descienda se puede aprovechar para limpiarlo y ahorrar así el gasto de agua posterior.